Educación: Manual de
psicología familiar
Hijos responsables - padres
responsables. Cómo fomentar en sus hijos esta grandiosa
virtud desde muy pequeños
Presentación por Michael Palomino (2009)
de: Corporación editora Chirre S.A., Lima, Jr.
Miguel Zamora 148, [distrito de Lima, Lima], Tel.
[01]-332-8342, Telefax: [01]-424-7323. Sucursales: Jr.
Azángaro 726, [Lima], Tel. [01]-426-5215 - Lima
[Peru]; E-mail: corchirre@hotmail.com
Comentario
La edición Chirre presenta en un cuaderno pequeño
informaciones básicas importantes sobre la educación y
sobre los modelos, los padres. La manipulación de los
niños por plata fue eliminado porque demasiado plata mata
la fantasía en una familia.
Michael Palomino (2009)
Hijos responsables
Ser padres en estos años, con la grave crisis moral y
económica que azota a nuestra sociedad, resulta realmente
algo atemorizante. Y ello se debe principalmente a que
sabemos que nuestros hijos se verán expuestos a riesgos de
diversa índole, para los cuales quizás no estén
preparados.Por eso nuestra mayor preocupación al
convertirnos en padres es tratar de PROTEGER a nuestros
hijos y tratar de hacerlo de muchas formas. Pero sin
embargo sabemos que, hagamos lo que hagamos, la mejor
manera de darles protección real y duradera es
enseñándoles a SER RESPONSABLES. Mientras son preescolares
y están bajo nuestro exclusivo cuidado todo es más fácil.
Pero cuando entran a la escuela e inician el proceso
irreversible de alejarse de nuestra influencia y de
nuestro control, su destino dependerá cada vez más de la
influencia ajena y sobre todo, de la influencia que ellos
logren ejercer sobre si mismos. De allí la importancia de
esta pequeña obra entregada por Corporación Editora
Chirre, que pretende darle a usted como a los demás
padres, las pautas y los instrumentos necesarios para
inculcar en sus niños la responsabilidad. Esa
responsabilidad que permitirá que sean mejores ciudadanos,
mejores personas y aun unos mejores padres, cuando les
toque el turno. (p. 3)
¿Que queremos lograr
con nuestros hijos?
Para lograr lo que nos proponemos, debemos olvidar la
improvisación y empezar una crianza ensada con
anticipación, partiendo de objetivos y metas específicas.
Debemos tener muy claras y precisas las ideas sobre ¿qué
quiero lograr con mis niños?. Sólo así podremos "actuar
más" en la dirección que nos hemos propuesto.
Tener RESPONSABILIDAD significa ser capaces de afrontar
nuestras obligaciones ante la familia, ante nosotros
mismos y ante la sociedad. Sólo una persona responsable
llegará a lograr la madurez necesaria para abrirse campo
en la vida con éxito.
La mejor manera de que los niños aprendan a tener
responsabilidad es siguiendo una secuencia u orden:
primero aprenderán la Obediencia, luego aprenderán a
cuidar el efecto que sus acciones y actitudes tienen sobre
otros, después esto se convertirá en disciplina y
finalmente aprenderá a ser responsable ante otros con
acciones de servicio, realizadas por libre decisión.
Todo este trabajo de aprendizaje lo harán los niños desde
los 6 ó menos años hasta los 12 años aproximadamente.
Si no sembramos RESPONSABILIDAD ahora, ¿qué podemos
esperar de la sociedad futura con hombres y mujeres
irresponsables? Es aterrador imaginarlo.
La
responsabilidad debe ser una enseñanza constante
Se sugiere dedicar los esfuerzos a determinado tipo de
responsabilidad por cada mes. Por ejemplo empezar por la
responsabilidad por la obediencia, luego seguir al otro
mes con la responsabilidad por las cosas, al tercer mes
con la responsabilidad del trabajo y así sucesivamente.
Pero los aprendizajes deben ser acumulativos, esto es, ir
reforzando lo ya aprendido en el mes o meses anteriores.
Después de seguir el programa un año entero, volver a
comenzar, pues los niños ya tendrán un año más de vida y
por tanto,más capacidad para desarrollar las
responsabilidades más a fondo.
Advertencia: no dejarse abrumar, la tarea es ardua, pero
dedíquense a una sola cosa por mes. Al concentrarse en una
sola cosa, empezarán a reforzarla y aplicarla casi sin
darse cuenta. ¡Suerte! (p. 4)
Principios
importantes
Para tener éxito en esta gran obra de enseñar
responsabilidad, debemos tener presentes, estos principios
importantes:
1. NO hay dos niños iguales: cada uno necesita
motivaciones diferentes.
2. Los niños hacen lo que realmente esperamos de ellos.
3. El mejor maestro es el ejemplo: empecemos por cambiar
nosotros mismos.
4. La constancia es indispensable: seamos constantes y
firmes por mucho que nos cueste.
5. Seamos auténticos: enseñemos responsabilidad no para
manipular al niño sino por su propio bienestar.
6. La responsabilidad se sostiene en la fuerza del amor
propio: el niño que se estima y siente orgullo de sí
mismo, de sus cosas y de su trabajo, aprenderá mejor la
responsabilidad. (S. 4)
Responsabilidad ante
los padres
Esta es la primera responsabilidad que un niño puede y
debe adquirir. Ante nosotros sus padres. Y lo logrará por
la OBEDIENCIA porque son nuestros hijos, por LAS COSAS que
tienen y por los QUEHACERES HOGAREÑOS pues son miembros de
una familia.
Son tres responsabilidades que se refuerzan y se alimentan
mutuamente. Son nuestros hijos, por LAS COSAS que tienen y
por los QUEHACERES HOGAREÑOS pues son miembros de una
familia.
1.
Responsabilidad por la obediencia
La obediencia es la base de toda responsabilidad. Sin ella
no se logrará ninguna otra forma de responsabilidad.
Quien enseña a sus hijos a obedecer les abre canales para
la enseñanza de todo lo demás. Ayudemos a nuestros hijos a
entender que la obediencia es algo conveniente y deseable,
una vía hacia la felicidad y la responsabilidad.
Quien enseña a sus hijos a obedecer les abre canales para
la enseñanza de todo lo demás. Ayudemos a nuestros hijos a
entender que la obediencia es algo conveniente y deseable,
una vía hacia la felicidad y la responsabilidad.
Es preciso que el niño entienda estas dos claves:
-- Que el mundo tiene leyes y la familia también sus leyes
que todos debemos obedecer para que haya orden y progreso.
-- Que los padres tienen la responsabilidad de hacer
felices y buenos a sus hijos y que por eso deciden cosas
que los niños deben obedecer. Lo importante es ayudarles a
entender POR QUE deben obedecer y lograr un fundamento de
obediencia que estructure su RESPONSABILIDAD por el resto
de su vida.
Advertencia
No se crea que con todo esto los niños se convertirán en
angelitos obedientes de la noche a la mañana. Será
necesario hacer una labor de seguimiento constante y serán
necesarias varias reuniones familiares antes de que el
niño empiece a coger el hábito de la obediencia familiar.
Los padres deberán ser perseverantes, porque si bajan la
guardia y flaquean en su labor, los niños se darán cuenta
porque son muy perspicaces y aflojarán en su obediencia.
Recuérdese que los niños sólo harán lo que exactamente
esperamos de ellos.
2.
Responsabilidad por las cosas
Es importante que el niño aprenda a simplificar, organizar
y ser responsable de sus cosas. Para ello deberán primero
sentirse dueños de sus pertenencias, haber trabajado para
conseguirlas con su esfuerzo y así valorarlas. Y luego
aprender el gusto y la conveniencia de cuidarlas y
tenerlas ordenadas.
3.
Responsabilidad por el trabajo
Todo niño necesita tiempo para jugar y sentirse libre de
responsabilidades. Pero en muchas familias, lo que sucede
es lo contrario: Los niños juegan todo el tiempo, no
trabajan nunca y esto los vuelve irresponsables.
Los niños que nunca aprenden a trabajar no solamente dejan
de convertirse en adultos útiles sino que se privan de una
de las satisfacciones básicas de la vida. Por eso es
conveniente que los niños adquieran responsabilidad por el
trabajo.
Los niños deben aprender que: (p.5)
-- Todos somos responsables de la casa porque todos
vivimos en ella y somos parte de una familia.
-- Las tareas de la casa deben repartirse previo acuerdo
entre todos los miembros de la familia.
-- Los niños necesitan aprender que el trabajo se hace
guste o no guste. Que es necesario cumplir hasta el fin y
no dejar las cosas a medias.
La responsabilidad por el trabajo se les puede enseñar a
los niños en cualquier circunstancia. Deben criarse
felices pero entendiendo y apreciando el valor del
trabajo.
En primer lugar hay que inculcarles la idea de que el
trabajo puede ser divertido y que el sentimiento de
realización que produce es motivo siempre de agrado.
En segundo lugar, los niños deben conocer cuál es el
panorama de trabajo que tienen en casa y deben sentirse
honrados de participar. Con palabras sencillas
comuníquenles las siguientes ideas:
-- Las tareas son importantes porque haciéndolas bien
nuestra casa será un buen hogar.
-- Cuando los niños son bebés, no tienen edad para ayudar.
Pero a medida que crecen se vuelven lo bastante
inteligentes y fuertes para empezar las suyas.
-- Hay cuatro claves para éxito:
A. Que sea sencillo. Lo mejor es que cada niño tenga uno o
dos trabajos cotidianos básicos y uno o dos semanales. Si
no los recuerdan, no los cumplirán.
B. Asegúrense de que cada niño sepa exactamente cómo
cumplir su trabajo. Hay que hacerlo con él varias veces,
mostrándole los detalles y enseñándole a hacerlo bien y a
derivar gusto de una labor bien hecha. El niño no lo hará
sino cree que puede hacerlo.
C. Vigilar. Cerciórese de que cada niño cumpla todas sus
tareas cada día y cada semana. Se necesitan uno o dos
meses para desarrollar un hábito, y cada vez que el chico
incumpla su deber, el proceso de acostumbrarlo retrocede
casi a cero. Si piensan que ustedes no están vigilando su
cumplimiento, no cumplirá.
D. Que sea visible. Preparen un diagrama donde
aparezca el nombre del niño y su trabajo, y pongan
una señal cada vez que se cumpla. Si el niño no tiene
refuerzo así, no hará su trabajo. (p. 6)
[El trabajo para niños lo más tradicional no es limpiar,
pero ayudar en la cocina. Niños tienen vacilaciones
mentales y no pueden siempre trabajar lo mismo. Hay niños
con más o menos vacilaciones mentales, con más o menos
disciplina. Así no se puede aplicar el principio de
trabajo estricto para todos niños. Además cuando la mama
solo está trabajando en la casa pero los niños atienden la
escuela, los niños van preguntarse por qué la mama no hace
trabajos de la casa. Sistemas de pago con dinero para
trabajos de niños no son buenos porque al fin el niño solo
piensa en dimensiones monetarias. Hay otras posibilidades
para gratificar los niños con regalos para buen trabajo en
casa. Demasiado disciplina destruye la fantasía de los
niños].
Consejos
para los padres [responsabilidades para niños de 3 y 4
años - responsabilidades afuera desde 5 años]
Como padres en la sociedad moderna, no siempre
comprendemos el beneficio del trabajo para nuestros niños.
Pensamos que les hacemos un gran favor al hacer cosas por
ellos. Pensamos que son demasiado pequeños para asumir
responsabilidades o bien demasiado grandes para que se
molesten con pequeñas tareas.
Los niños de tres y cuatro años necesitan sentirse
responsables. Les encanta la responsabilidad y les
satisface enormemente hacer las cosas si se les enseña.
[Las responsabilidades tienen que ser adaptadas para los
niños].
Cuando los niños van creciendo, solemos creer que tienen
tantas responsabilidades fuera del hogar (tareas
escolares, clases de ballet, de inglés, etc.), que no les
queda tiempo para cumplir tareas del hogar. Tenemos la
propensión a pensar: "Mejor yo cocino, lavo la vajilla y
arreglo el dormitorio para que ellos puedan hacer las
cosas importantes." A la larga eso es un error.
Los niños deben comprender que mamá también tiene muchas
responsabilidades. Deben entender que ella también tiene
sus cosas que le gusta hacer para progresar ella. Cuando
hay quehaceres rutinarios todos deben compartir
responsabilidades.
Responsabilidad ante
si mismo
1.
Responsabilidad por las decisiones
"¡Si pudiéramos decidir por ellos!". Solemos decir
pensando en nuestros hijos. Mas non podemos. A la larga,
todo lo que podemos hacer (y es mucho), es enseñarles a
decidir por si mismos.
Una de las ironías de la vida es que las decisiones más
cruciales se nos vienen encima antes de que tengamos la
sabiduría necesaria para tomarlas. Antes de haber cumplido
la tercera parte de nuestra vida, ya hemos tenido que
tomar algunas de las decisiones más importantes y más
trascendentables en nuestra vida: el matrimonio, la
carrera, la ocupación, el lugar de residencia, etc. Además
de las constantes decisiones, todavía más importantes,
referentes a valores morales, estilo de vida y
prioridades.
Los niños que se dan cuenta de la relación que existe
entre lo que deciden ahora y lo que ellos serán más tarde,
y que empiezan a sentirse responsables de lo que deciden,
tienen mayor probabilidad de tomar decisiones prudentes y
maduras, que sirven de fundamento para una vida feliz.
Medios para ayudar a los pequeños a definir "decisiones":
a) ¿Qué es una decisión? Es cuando uno elige o decide por
sí mismo la cosa que desea o lo que quiere ser. Debemos
estimular a los niños preguntándoles: ¿Decidiste lo que te
pondrías hoy? ¿Eligiste dónde te sentarías? ¿Decidiste
anoche si verías televisión o jugarías con tus juguetes?
¿Te gusta tomar decisiones?
b) Use títeres. Mediante este recurso se puede lograr
mayor efectividad para ayudar, con los argumentos debidos,
a los niños a distinguir entre decisiones regidas por
leyes o normas y las que se toman individualmente. (p. 7)
2.
Responsabilidad por el carácter [el sacrificio produce
carácter]
Se ha dicho que toda persona a los cincuenta años tiene ya
el rostro que se merece. Otro tanto podría decirse del
carácter pero a una edad más temprana.
Alguien dijo que si sembramos un pensamiento cosechamos
una acción; si sembramos una acción cosechamos un hábito,
si sembramos un hábito cosechamos un carácter. Una de las
cosas más interesantes de esta afirmación es la relación
que hay entre el hábito y el carácter.
Sin duda, el talento natural es un factor importante del
éxito; pero el verdadero carácter se desarrolla mediante
el sacrificio. Todos pensamos en sacrificios que hemos
hecho y que nos han ayudado a desarrollar carácter.
Muchas veces nos empeñamos en darles a los niños todo;
todas las oportunidades y todas las ventajas, y olvidamos
que necesitan hacer sacrificios. A veces tenemos la
tentación de ayudarles a nuestros hijos a hacer sus
tareas, pero debemos recordar una verdad muy sencilla; el
sacrificio produce carácter.
Existen varias maneras de desarrollar el amor propio en
los niños pequeños. Para que los niños adquieran
autoestimación, a fin de que sientan un sano orgullo por
ser quienes son y por ser lo que son.
-- Utilizando los juegos. Los padres deben hacer que los
niños utilicen sus juegos naturales para que, por ejemplo,
señalar las cosas para las cuales son buenos, sus
alimentos favoritos, etc.
-- Utilizando cuentos. Con personajes representativos de
valores y aptitudes imitables.
-- Utilizando la discusión. Hay que hablar con los niños,
explicarles que uno debe quererse a sí mismo para que los
demás nos quieran.
Ayúdenles a entender que si se sienten a gusto consigo
mismos, con su apariencia física y con sus capacidades, y
si recuerdan que son especiales a su manera, entonces no
les importará que otra persona sea capaz de hacer algo o
que tenga algo que ellos no tienen, y podrán estimar a esa
persona.
-- Los niños deben saber el significado de ser "único". Se
les debe decir que "único" quiere decir exclusivo, que
solamente hay uno. Si algo es único, no hay otra cosa
exactamente igual. Que ellos son únicos y que por eso son
tan especiales.
El
Carácter [dejar formar el carácter del niño - el
carácter de los padres como modelo]
Debemos ayudar a los niños a entender lo que es el
carácter y su importancia en la vida.
Debemos decirles que el carácter es algo que todos pueden
tener, independientemente de sus aptitudes. La honestidad,
la obediencia, la cortesía, etc. todas estas cosas son
parte del carácter. el carácter es realmente la clase de
personas que somos internamente. Ahora, si no tenemos
algunas de estas cosas que forman el carácter, ¿podemos
obtenerlas? ¿Cómo?. Proponiéndonos y esforzándonos por
obtenerlas. ¿Hay alguien que pueda ayudarnos a
conseguirlas? Sí, nuestros padres.
Se puede hacer una lista de las cosas que la familia
considera que los elementos del carácter y fijarla en
lugar visible durante el mes en que se concentren en la
responsabilidad del carácter.
El desarrollo de la autoimagen es muy importante para
inculcar en la mente de los niños la formación de un
carácter fuerte y positivo. Como los niños tienen una
fuerte tendencia a convertirse exactamente en la imagen
que creen que sus padres tienen de ellos, este método
resulta muy importante.
Hay que destacar el carácter familiar, a fin de que los
niños sientan el sano orgullo de pertenecer a una familia
que está colectivamente comprometida en ciertos rasgos de
carácter.
Si se hace visible la lista y se habla de ella con
frecuencia, empezará a surgir una especie de carácter y
código de comportamiento de la familia, de lo cual los
niños derivarán fuerza y sentido de compromiso para
desarrollar su propio carácter.
También es necesario formarles el carácter mediante las
tradiciones y la herencia. Para que los niños sientan
orgullo de ser quienes son y esto genere una forma de
responsabilidad personal.
Se les tiene que contar historias de los antepasados,
anécdotas sobre los abuelos o los bisabuelos que hagan
resaltar sus rasgos de carácter.
La mayoría de familias tiene tradiciones aunque no se den
cuenta de ello. Una de ellas, son las formas en que
celebran los cumpleaños, por ejemplo. A medida que los
niños conocen de estas tradiciones se va creando una
influencia que les moldea el carácter. esta influencia
institucionaliza a la familia y les da a los niños cierta
seguridad o identidad que fortalece su carácter y les
ayuda a mantenerse firmes en sus creencias. (p.8)
[Todo en todo el carácter de los padres es modelo para los
niños, como solucionar problemas, como equilibrar las
energías en la familia etc.].
Responsabilidad ante
la sociedad
Los niños deben sentirse responsables de sus actos, de sus
talentos y de sus actitudes ante la sociedad. Ellos pueden
aprender a reconocer la interdependencia de los hombres y
en consecuencia la necesidad del respeto mutuo de los
derechos.
La clave para enseñarles responsabilidad a los niños es
combinar una buena dosis de amor con otra de temor. Esto
produce respeto y el respeto engendra responsabilidad. Los
niños serán verdaderamente responsables ante sus padres
solamente cuando les amen y les teman a la vez; cuando
teman su desaprobación precisamente porque los aman.
Los niños se harán responsables ante sí mismos únicamente
en la medida en que se amen y se teman a sí mismos; que
teman que su poder de hacerle daño a otros, y teman
desperdiciar sus oportunidades y su potencial.
Igualmente, los niños se hacen responsables ante la
sociedad cuando, por una parte, aprenden a amar al prójimo
y, por otra, a temer a las sanciones que acarrea
quebrantar las leyes de la sociedad, lo mismo que el mal
que pueden producir ellos si no se controlan sus acciones,
sus talentos y sus aptitudes.
[Todo en todo es difícil a enseñar la responsabilidad ante
la sociedad cuando los gobiernos corruptos no muestran
ninguna responsabilidad pero solo roban o regalan las
minas de su país a los extranjeros].
1.
Responsabilidad por las acciones [oportunidades para
formar su personalidad]
Los niños deben aprender a respetar los derechos de los
demás para hacerse responsables de sus actos, sin temor ni
remordimientos.
[Modelo tienen que ser los derechos humanos. Esos derechos
humanos tienen que ser aplicado también por los padres a
sus niños].
Siempre debe haber una oportunidad.
Ante un hecho perjudicial provocado por su hijo, siempre
será mucho mejor darle la oportunidad de arreglar las
cosas, para que aprenda que enmendar un mal es mucho más
difícil que producirlo. Debe arrepentirse de lo que hizo y
sobre todo aprender a pedir disculpas.
Cuando alguien quebranta una ley o hace algo malo, tiene
que haber un castigo a menos que la persona presente
disculpas y trate de arreglar las cosas. Si la persona
está verdaderamente arrepentida y si hace todo lo posible
por enmendar su error y por no volverlo a cometer, a veces
se les puede perdonar sin castigo.
El niño debe entender que la responsabilidad de sus actos
no les corresponde a sus padres sino a él mismo. Sus
padres están allí solamente para ayudarle.
Nuestro reto es enseñarle a los niños a vencer los hábitos
y las acciones que causan problemas, enseñarles a
controlar su ira y a manejar el éxito y el fracaso. Una
vez que adquieran estas destrezas tenemos que dejar que
asuman la responsabilidad de solucionar los problemas
causados por sus acciones. Los padres tienen la propensión
a imponer soluciones arbitrariamente y sin consultar. Pero
cuando los niños deciden por sí mismos cómo desean actuar,
los resultados son milagrosos. (p. 9)
2.
Responsabilidad por los talentos y aptitudes [el modelo
de responsabilidad de los padres - y dejar desarrollar
el alma y talento del niño]
Todos los seres humanos nacen con talentos y aptitudes
particulares y corresponde a sus padres ayudarlos a
descubrir, tanto los que fueran evidentes como los que no
lo fueran y hacerles comprender su responsabilidad de
aprovecharlos y desarrollarlos.
Para ellos los padres deben seguir la siguiente pauta:
a. Analizar las capacidades físicas,mentales, emocionales
y sociales de su hijo. Los dos padres deben ayudarse a
descubrir las aptitudes del hijo así como sus
limitaciones.
b. El niño debe aprender a apreciar las obras de la
naturaleza. Los padres deben reforzarle su capacidad de
observación natural y su sensibilidad a la belleza. Para
lograr esto, los niños deben estar en contacto con el
campo, las veces que se pueda.
c. Los niños deben apreciar sus cuerpos y ejercitarlos
para que funcionen mejor. Los padres deben marcar metas
que los niños puedan vencer con cierto esfuerzo. Los niños
deben aprender que el cuerpo se hace más fuerte y sano con
el ejercicio, y a medida que los músculos aumentan.
d. Las cosas se prestan. Esto se hace para incentivar en
los niños la responsabilidad, estableciendo previamente
que lo que se le entrega es ajeno, pero que si él lo
cuida, luego podrá ser suyo. Díganles que así es como
funciona el mundo. La Tierra y nuestros talentos están
allí para que los aprovechemos y si no cuidamos de ellos
podremos perderlos. En cambio, si procuramos cuidar la
Tierra y desarrollar nuestras aptitudes, podremos
disfrutarlas toda la vida.
e. Ampliación de horizontes. Los niños deben aprender que
en la vida hay muchísimos aspectos interesantes, y que
ellos tienen la facultad de explorar y descubrir sus
propios talentos e intereses.
Tanto los niños como los adultos suelen desperdiciar el
tiempo de oro que hay entre la cena y la hora de dormir.
Es demasiado tiempo el que dedican a la televisión y muy
poco a conversaciones constructivas o experiencias o
actividades que enseñan algo. Una manera de aprovechar
este tiempo es implantar la costumbre de que los niños se
acuesten una hora antes para que puedan leer libros que
les proporcionan algo provechoso. Esto funcionará sólo si
los padres se dan el trabajo de esforzarse por encontrar
material de lectura realmente interesante para los niños.
Si dejamos que ellos nos ayuden a buscar, tendremos la
ventaja de ver qué les gusta y qué no. (p. 12)
Responsabilidad +
servicio = responsabilidad ante los demás
Cuando la responsabilidad se asocia con el servicio, asume
cualidades más altas aún. Sentirse responsable ante los
padres y ante figuras de autoridad, y más tarde ante sí,
es obediencia y madurez. Pero sentirse responsable ante
los demás es amor; es la responsabilidad en su forma más
pura y en su dimensión más alta.
Responsabilidad
por niños menores
El
momento en que los niños mayores empiezan a ser parte de
la solución y no parte del problema, es el momento en que
las familias pasan a una esfera de mayor tranquilidad y
orden.
La meta de los buenos padres es convertir a sus hijos en
buenos padres también.
Responsabilidad de adultos. Alrededor de los 8 años, la
mayoría de los niños sienten fuertes deseos de que los
traten como adultos, y aunque probablemente no lo admitan,
quieren tener responsabilidades de adulto. Una de las
maneras más claras y notorias de separarlos de los
pequeños es que se responsabilicen de algunos aspectos del
cuidado de los menores.
Al formar a nuestros hijos mayores como maestros de los
menores, logramos tres cosas:
-- Aliviamos nuestra carga.
-- Les permitimos a los pequeños aprender más de lo que
nosotros podríamos enseñarles.
-- Les proporcionamos a los mayores la máxima capacidad de
aprendizaje al darles la oportunidad de aprender
enseñando.
a. Los niños deben ayudar a vestir a sus hermanos menores.
Un niño de cuatro años, capaz de vestirse solo también
puede ayudarle a uno de dos. Con derroche de elogios como
su recompensa, los niños gozan ofreciendo y prestando esta
ayuda.
b. En las familias grandes hay que hacer que los niños
formen parejas que deben permanecer sin separarse mientras
estén en lugares públicos. Si la familia es de menor
tamaño, a un niño de más edad se le puede asignar el
cuidado de un niño pequeño. En ambos casos, la clave es
poner énfasis en la responsabilidad que tiene el niño de
más edad en la pareja y elogiarlo generosamente al final
de su buen cumplimiento.
c. Los niños deben tener oportunidad de enseñar, para que
desarrolle en su capacidad de maestros y para que sientan
que pueden orientar a sus hermanos y hermanas menores e
influir en ellas.
d. Los servicios deben ser remunerados, para que los niños
sientan y acepten el mismo tipo de responsabilidad que han
visto en sus cuidadores.
La mayoría de los niños han visto la responsabilidad de
sus cuidadores. Estos reciben instrucciones de los padres
y tienen autoridad. Son personas importantes. Decirle a un
niño de nueve años de edad que ya tiene edad para cuidar a
los pequeños es algo que los llena de emoción.
En ese caso, se le debe dar al niño instrucciones claras y
precisas. Tan pronto como regresen los padres, deben darle
al niño una pequeña suma por las horas utilizadas en la
labor, acompañada de abundantes elogios. (p. 13)
Esta experiencia en que el niño se siente totalmente
responsable de los menores, es algo que incrementará su
sentido de responsabilidad hacia ellos.
e. Se debe acudir a los juegos y discusiones para que los
mayorcitos vean cómo lo que ellos hacen influye en el
comportamiento de sus hermanitos.
f. Los padres deben cambiar de actitud en el tratamiento
de los hijos mayores. Cuando se dirijan a los hijos que
han recibido alguna responsabilidad por los demás, los
padres deben cambiar su tratamiento en forma notoria y
hablarles como si fueran adultos; a velocidad normal, en
tono normal y con las expresiones normales. La diferencia
suele ser bastante evidente, y los niños responden.
g. Entrenamiento para ser padres, para que el niño acepte
mayor responsabilidad por sus hermanitos. Siendo nosotros
los padres, una de las mejores cosas que podemos decirles
a nuestros hijos es que algún día ellos serán buenos
padres.
h. Obviamente, existe el riesgo de que exageremos
poniéndoles a nuestros hijos demasiadas responsabilidades
en los hombros. A veces el mayor recibe demasiadas
responsabilidades y los demás muy poca.
Para que los niños se sientan responsables de un menor por
un período más largo, es conveniente nombrarlos como
"Tutores". Nunca nos damos cuenta en qué medida los niños
asimilan nuestras enseñanzas hasta que ellos las repiten.
Ha llegado la hora de
empezar a ser responsables [para los padres!!]
A los 5 años tu hijo se encuentra en una edad en la que ya
debe tener responsabilidades. Conseguirás que las asuma si
acompañas tus actitudes tiernas y cariñosas con cierta
dosis de firmeza y autoridad.
A esa edad, los niños no tienen conciencia del caos que
dejan a veces a su alrededor; por eso, ni siquiera se les
ocurre recoger lo que han utilizado. A no ser que se lo
recordemos nosotros. Si quieres que tu hijo sea
responsable, empieza por enseñarle a ser ordenado.
Arreglar su habitación es el primer paso. Si le das la
oportunidad, puede hacerlo casi todo: desde ordenar el
armario e intentar hacer su cama, hasta guardar los
juguetes y doblar su ropa, siempre y cuando no le exijas
perfección. Si lo hace mal no lo critiques, ni te burles,
ni mucho menos lo castigues. Si le das una palmadita en la
espalda o te muestras cariñosa y paciente con él, seguro
que la próxima vez lo hará como es debido, mientras que si
tomas una postura más dura, se sentirá angustiado y se
mostrará reacio a aprender lo que pretendes.
Lo importante es que le hagas ver que tiene ciertas
obligaciones que cumplir, que no son una imposición tuya,
sino deberes que una vez realizados le reportarán placer
porque tú lo felicitarás y él se sentirá más a gusto
consigo mismo, satisfecho.
Si le exiges demasiado, se pondrá nervioso, hará las cosas
con temor y se convertirá en un niño inseguro. (p. 14)
Autoestima: El
mejor regalo que usted puede hacerle a sus hijos
Si Usted le enseña a su
hijo lo que vale como persona, entonces el tendrá la
fortaleza interior suficiente para superar todos los
problemas que se le presenten
Si usted le enseña a su hijo lo que vale como persona,
entonces él tendrá la fortaleza interior para superar
todos los problemas que se le presenten.
Todo niño es apreciable y se le debe reconocer su derecho
al respeto y a la dignidad personal. Pero ¿cómo podremos,
en nuestra condición de padres de familia, forjar un ego
fuerte y un espíritu indomable en nuestros hijos, a pesar
de las fuerzas sociales predominantes? Nosotros le
enseñamos a continuación algunas estrategias con las
cuales podrá infundir confianza y conciencia de la valía
personal, aún en aquellos niños cuyos compañeros los hacen
de menos:
Estrategia 1:
Analicemos nuestros propios valores
¿Nos sentimos secretamente defraudados porque nuestro hijo
es común y corriente? ¿Lo consideramos estúpido?
Buena parte del concepto que de sí mismo se forma el niño
es producto de la idea que tiene él de cómo lo juzgamos, y
llega incluso a interpretar correctamente nuestras
actitudes silenciosas. Si está convencido de que sus
padres lo quieren y lo respetan, tiende a reconocer lo que
vale como persona. (p. 10)
Los padres deben tener cuidado con lo que dicen en
presencia de sus hijos, especialmente si son cosas malas.
Los padres deben también darse tiempo para hacer conocer a
sus hijos las buenas lecturas, jugar con ellos, escuchar
con atención el episodio en que uno de ellos se raspó la
rodilla, charlar sobre las travesuras de su mascota. Estas
actitudes son los materiales que forman la estimación.
Estrategia 2:
Enseñemos a los hijos a "no hacerse menos"
Cosa de la característica de la persona que se siente
inferior es que suele hablar de sus deficiencias con todo
el que esté dispuesto a oírle. Mientras parlotea de sus
ineptitudes, el que escucha se va formando una impresión.
Más adelante habrá de tratar a esa persona según las
pruebas que el ha proporcionado. Si uno expresa con
palabras sus sentimientos, aquellas acaban por
solidificarse en la mente y convertirse en realidad. Por
tanto, debemos enseñar a los hijos a que no se hagan
menos. La autocrítica constante puede transformarse en
hábito derrotista.
Estrategia 3: Ayudemos
a los hijos a compensar
Nuestra misión de padres de familia consiste en servir a
nuestros hijos como confidentes y aliados suyos, y
alentarlos cuando se muestren descorazonados, intervenir
menos cuando las amenazas resulten abrumadoras y
proporcionarles los medios para superar los obstáculos.
Uno de tales medios es la compensación. El individuo
compensa sus debilidades explotando sus puntos fuertes. A
los padres nos toca ayudar a nuestros hijos a descubrir
cuáles son sus puntos fuertes. Quizá un niño pueda
conquistarse un sitio en el campo de la música; acaso sea
capaz de construir modelos de aviones, criar conejos o
destacar en el fútbol. Nada hay más arriesgado que
permitir que un niño inicie la adolescencia desprovisto de
alguna habilidad, de un conocimiento especial, de todo
medio de compensación. Al llegar a esa edad, deberá
hallarse en condiciones de decir:
"Tal vez no sea yo el alumno más popular de la escuela,
¡pero soy el mejor trompetista de la banda!"
Se recomienda a los padres de familia a que analicen los
puntos fuertes de cada uno de sus hijos y determinen luego
cuál de sus aptitudes es la que mejor oportunidad le daré
de alcanzar el éxito. Nunca permitamos que la inercia nos
impida impulsar a nuestros hijos a que cultiven alguna
aptitud. (p. 11)
Estrategia 4: Ayudemos
a los hijos a competir
El padre de familia que se opone a la importancia que se
da a la belleza, al vigor físico y a la inteligencia, sabe
muy bien que su hijo se ve forzado a competir en un mundo
que venera tales atributos. De esta manera, usted debe
sentirse obligado a ayudar a su hijo a competir lo mejor
que pueda en el mundo que le rodea. Si tiene torcida la
dentadura, verá que se le enderecen, lo jalan en la
escuela, deberá buscarle un profesor particular. Su hijo y
usted son aliados en la lucha diaria por sobrevivir.
Pero a la vez que lo ayuda a competir, también lo instruye
en los verdaderos principios de la vida: el amor por la
humanidad, la integridad, la autenticidad y la devoción a
Dios [resp. al Grande Espíritu que cree todo].
Estrategia 5:
Disciplina y respeto
¿el castigo y en particular una zurra quebranta el temple
de un niño? La respuesta a esta pregunta depende de la
actitud y la intención de los padres. Una zurra como
reacción a un obstinado desafío del niño es un medio
apropiado, pero creer en el castigo corporal no es excusa
para desahogar nuestra frustraciones en el pequeño, ni nos
da licencia para castigarlo delante de otras personas ni a
tratarlo irrespetuosamente.
Sin embargo, resulta importante reconocer que prescindir
por completo de toda disciplina es un modo de menoscabar
la autoestima. Los padres son símbolos del orden y la
justicia, y el niño se preguntará por qué sus
progenitores, si en verdad lo quieren, le permiten salirse
con la suya al cometer una mala acción.
Estrategia 6:
Atendamos a sus estudios
Los padres deberán asegurarse de que su hijo haya
aprendido a leer al terminar el segundo año escolar. Hay
que tener en cuenta que se han arruinado muchas
autoestimas a causa de problemas de lectura más que por
cualquier otro aspecto de la vida escolar. La ayuda de un
profesor particular puede sacar adelante al niño que se
vea en situación apurada. A veces, un cambio de escuela (o
de maestro en la misma escuela) resultará beneficio para
el chico.
El niño tardo en aprender será el que más probablemente
pase por problemas en lo que hace a la autoestima. ¿Qué
pueden hacer entonces los padres? Restar importancia a los
logros académicos. a cualquier cosa que nuestro hijo no
pueda lograr a pesar de que haga sus mejores esfuerzos, se
le deberá restar importancia.
Nunca se nos ocurriría exigirle a un chico lisiado que se
convierta en estrella del atletismo; no obstante, muchos
padres insisten en que sus hijos de inteligencia "normal"
lleguen a distinguirse en los estudios. (p.15)
Estrategia 7: Evítese
la protección excesiva
La preparación para una edad adulta responsable se deriva
de la educación recibida en la infancia. Al niño ha de
animársele a progresar de acuerdo con un programa ordenado
y en un nivel de responsabilidad apropiado a su edad. Cada
año, el pequeño deberá ser capaz de tomar por si mismo más
y más decisiones.
[El
niño de 7 a 9 años]
Por ejemplo, a los siete años ya es apto, generalmente,
para seleccionar sin ayuda la ropa que vestirá ese día. Ya
deberá arreglar su cama y conservar en orden su
habitación.
[Eso solo va ser posible cuando los padres también
mantienen orden en su casa. Además no es grave cuando hay
algunas cosas o proyectos del niño que están en el cuarto
- supuesto que el niño tiene su cuarto - y supuesto que
existen juguetes].
El padre excesivamente protector permite que su hijo se
retrase en su programa normal.
[El
niño desde 10 años]
A los diez años, al niño le resulta difícil tomar
decisiones o practicar la autodisciplina. Pocos años
después se iniciará trabajosamente en la adolescencia sin
estar preparado para la libertad y la responsabilidad que
tendrá en tal etapa de su vida.
Un buen número de estudios ha confirmado lo valioso del
papel de los padres en el desarrollo de la autoestima en
los niños. En uno se establecieron tres importantes
características que distinguen a los niños con el más alto
grado de autoestimación:
1. Gozan en casa de mayor cariño y comprensión.
2. Sus padres les fijan normas de conducta.
3. Su hogar se caracteriza por la franqueza y el espíritu
democrático. Las estrategias descritas son los medios para
enseñar al niño a estimar su genuina significación, sin
tener en cuenta la forma de su nariz, el tamaño de sus
orejas o su eficiencia mental. Todo chico [y cada chica]
tiene derecho a llevar alta la cabeza, con seguridad y
confianza en sí mismo. ¡Es algo que puede y debe lograrse!
Los padres deberán asegurarse de que su hijo haya
aprendido al leer, al terminar el segundo año escolar. A
veces, un cambio de escuela (o de maestro [o de maestra]
en la misma escuela) resultará beneficio para el chico [o
para la chica].
¡Los
Padres son símbolos del orden y la justicia!
(p.16)
Los celos entre
hermanos
-- Los padres deben intentar manejar lo mejor posible esta
etapa y evitar que se produzcan los mínimos conflictos.
Es conveniente que sepan que todo requiere un tiempo de
adaptación que hay que saber abordarlo con mucho cariño y
paciencia.
-- Deben transmitir y hacer comprender que el cariño que
tienen a sus hijos es el mismo para todos, pero que las
necesidades que pueda tener cada uno son diferentes; por
consiguiente, la atención y dedicación también.
Los padres deben evitar caer en el error de pensar que
cada vez que hacen algo por uno de sus hijos, lo deben
hacer también por los otros.
-- es muy positivo hablar de lo que sucederá cuando nazca
el hermano, de los cambios que se van a producir, de los
cuidados que va a requerir, de la necesidad de su ayuda y
colaboración.
Cuando el hermano haya nacido se les debe hacer participar
y colaborar en las tareas de cuidado, dejarles hacer lo
que puedan.
-- No hacer comparaciones entre hermanos y evitar ensalzar
cualidades de uno en detrimento de otro.
Los hijos deben saber y sentir que cada hermano es único,
insustituible y especial, con sus defectos y virtudes. De
esta forma no se generará rivalidad entre ellos.
-- Se le puede sugerir que él también le puede dar el
biberón a un muñeco mientras su madre se lo da a su
hermano. E caso de que el niño se ponga muy nervioso
mientras su madre le da el pecho al hermano, es
aconsejable pedir a alguien que lo distraiga con
actividades alternativas como dar un paseo, ver un vídeo
[mejor jugar otra cosa que ver un vídeo que destruye los
ojos de los niños], etc.
-- Cuando nazca el hermano, el padre o la madre deben
reservar unos momentos al día para estar con sus otros
hijos.
Hablar y recordar cuando ellos eran pequeños,las anécdotas
divertidas que ocurrieron, explicarles que ellos también
tomaban el pecho, relatarles las metas y logros que iban
alcanzando, cómo empezaron a caminar,a jugar con la
pelota, a comer solos, etc.
[Puede ser que la misma cosa vale también para la relación
entre dos hermanas].
(p.20)